Si damos un paseo por Valladolid, el centro difiere mucho de algunos barrios de nuestra ciudad.
El centro está limpio, con sus contenedores soterrados que ocultan las vergüenzas de los antiestéticos contenedores tradicionales, su calzada y aceras aunque muchas en mal estado, pueden pasar por admisibles.
En contra, algunos barrios parecen que han sido olvidados por nuestro Alcalde, sucios debido al escaso mantenimiento, sus contenedores tradicionales, rebosantes de basura, con socavones y grietas en el asfalto y aceras no practicables para carritos, muletas y en ocasiones peligrosas por el riesgo de sufrir algún tropezón.
Una de las calles más abandonadas de Valladolid y no muy lejos del centro es la calle Estación, sus aceras son de brea llenas de grietas y parches, con un muro que separa la calle de la vía del tren, que parece el muro de la vergüenza de Valladolid, es imposible averiguar su color original, oculto tras un gris que da impresión de suciedad, aparte de estar en muy mal estado.
Dicho muro, viene presentando este aspecto desde fechas inmemoriales y que bien hubiese podido desaparecer con el soterramiento que el pésimo gestor, De la Riva, no fue capaz de acometer en tiempos de bonanza económica.
Tampoco queremos olvidar el abandono al que tiene sometido otros muchos barrios de nuestra ciudad como los de Batallas, Delicias y un largo etcétera.
Sr. de la Riva es un Alcalde de “el centro” cuando hubiésemos preferido un alcalde “de barrio”, ya que todos los ciudadanos de Valladolid pagan sus impuestos.
¿Los ciudadanos de barrio son de segunda categoría?.
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