El mercado laboral actual supone un importante crecimiento de empleo femenino comparado con décadas anteriores, pero este día nos hace recordar las carencias que todavía existen en pleno siglo XXI ante la desigualdad laboral entre hombres y mujeres y ante la pasividad de aquellos que nos gobiernan en la actualidad en los distintos niveles, nacionales como autonómicos.
Las mujeres europeas ganan un 15% menos que los hombres, siendo CyL uno de las regiones europeas con más diferencia salarial entre hombres y mujeres. Esa desigualdad salarial en Castilla y León supera la media europea, siendo la diferencia del 20%.
Esta diferencia salarial implica, además de tener un sueldo más bajo, tener en el futuro una prestación de desempleo y una pensión de jubilación más baja. Gran número de ellas no han cotizado el tiempo mínimo y se enfrentan a mayores riesgos de pobreza en la vejez. Son mayoría en la percepción de prestaciones no contributivas, por lo cual no pueden vivir dignamente. Una de cada cuatro mujeres mayores de 65 años viven bajo el umbral de la pobreza.
A todo esto no ayuda la Reforma de las pensiones llevada a cabo por el PSOE, supondrá en un futuro que muchas mujeres no lleguen al cómputo mínimo establecido para cobrar una pensión contributiva porque tienen mayor tasa de paro y ocupan más empleo a tiempo parcial, aumentando el número de mujeres que cobren pensiones no contributivas.
Actualmente España se encuentra ante un empobrecimiento social, donde las más afectadas son las mujeres.
Tenemos que alcanzar una serie de objetivos: Ayudar a las empresas y una política más social. Fomentar el empleo a las familias monoparentales ya que la gran mayoría de la monoparentalidad es femenina. Inculcar a los empresarios que, por desempeñar el mismo trabajo, hombre y mujer han de percibir el mismo salario.
Y como no, debemos reforzar profundamente desde el Sistema Educativo, la Igualdad de Sexos.
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