Haber visto en las épocas de bonanza que nos preceden, como abrían una calle hoy para hacer una canalización y a los dos días volver abrirla para otra canalización, ha sido la nota predominante en esos tiempos, con las molestias y gastos que ocasionó esa malísima gestión.
Hoy muchos se lamentan de esas actuaciones y como su lema era “gastar y gastar como sea”, hoy pagamos las consecuencias.
Tenemos que establecer un sistema de canalizaciones de servicios que nos permita realizar las mismas, sin la necesidad de estar abriendo las calles hoy sí y mañana también.
Aunque no nos demos cuenta, un simple atasco por estos motivos, genera unos gastos. Tan solo estar en ese atasco con el motor encendido es un roto en el bolsillo, tanto del contribuyente como de la administración.
Ni qué decir de nuestro tiempo que es oro. Tenemos y debemos que terminar con este tipo de actuaciones absurdas y abordar el problema desde una perspectiva más amplia, dotando de un sistema de canalizaciones más eficientes y con vistas “a futuro”.
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